sábado, 10 de julio de 2010
ENCOD Boletín nº 64 Junio de 2010
LA LEGALIZACIÓN, ¿CAUSARÍA DAÑOS A LOS PAÍSES EN VÍAS DE DESARROLLO?
En marzo último, durante la reunión de la Comisión de Estupefacientes en
Viena, el jefe de la Oficina de Naciones Unidas sobre Drogas y Delito
(UNODC), Antonio Maria Costa, advirtió que los países en vías de desarrollo
podrían ser afectados por un "desastre de salud, si los países ricos no
lograran controlar las drogas”.
En su discurso, Costa apuntó a que el problema de las drogas en las
naciones pobres está creciendo. Observó que al "mundo en vías de
desarrollo - que ya está luchando para resolver problemas de salud,
educación y desempleo - le faltan las facilidades para ofrecer tratamiento e
interdicción para controlar las drogas". Y continuó: "Los pobres adictos
- y hay millones de ellos – han sido empujados hasta las márgenes de la
sociedad, deprivados de atención médica, muchas veces expuestos a
condiciones, incluyendo el encarcelamiento, que empeoran su
enfermedad’.
Costa también ha encontrado a los que tienen la culpa de este destino
fatal: "Ello parece haber sido olvidado por la gente en los países ricos que
plantea una flexibilización de los controles de las drogas," y concluye:
"Porqué condenar al Tercer Mundo, ya de antemano devastado por tantas
tragedias, al neo-colonialismo de la
toxicomanía?"
El Sr. Costa está hablando a nosotros, desde una posición de superioridad
moral, mientras que en realidad está defendiendo la continuación de
políticas nefastas que son la mayor causa de la miseria que el trata de culpa
a sus oponentes.
Es verdad que los países en vías de desarrollo que tienen importantes
conecciones con el mercado de las drogas ilegales, siendo países
productores o de tránsito, han estado luchando con problemas relacionados
con las drogas durante décadas, y también es verdad que muchos de ellos
tienen crecientes
niveles de consumo de drogas. Igualmente es bastante obvio que los
países en vías de desarrollo supuestamente tienen menos recursos para
manejar adecuadamente la adicción a las drogas, como también tienen
peores condiciones que los países desarrollados (urbanización, pobreza,
migración, déficit educativo, desigualdad en la distribución de riquezas...).
Pero hagamos clara una cosa aquí: cuál fue exactamente el papel de los
“neo-colonialistas”o los “países ricos” en este “desastre”? Por cierto, no fue
la "flexibilización de los controles de las drogas”. Olvidemos la rétorica y
veamos los hechos.
La llamada Guerra a las Drogas, promovida por las naciones ricas lideradas
por los Estados Unidos a las naciones en vías de desarrollo, fue impuesta a
estas naciones, y está volviéndose cada día más dura. Está reconocido
ahora, y admitido hasta por la UNODC, que esta política también ha
generado enormes “consecuencias no-intencionadas” tal como un mercado
criminal, el desplazamiento de rutas, mercados y sustancias,
y la marginalización de
consumidores. A pesar de fuertes indicaciones del fracaso de esta
política, las organizaciones como la UNODC siguen animando a países a
unirse a los esfuerzos internacionales de controlar las drogas.
Considerando la eficacia del actual sistema del "control de drogas", cómo
puede Costa anunciar más de lo mismo? Cómo puede mantener que ello
podría ayudar a las naciones en vías de desarrollo a escapar de la "tragedia
de la toxicomanía"? Cómo es exactamente que más prohibición de drogas y
más estrategias anti-drogas pueden salvar a los países pobres de un
"desastre de salud"?
Una cosa que probablemente está preocupando al Sr. Costa es el concepto
mitológico que el costo del consumo de drogas al individuo y a la sociedad
infinítamente supera el costo de la mantención de la prohibición. De acuerdo
a este concepto cualquier esfuerzo para reducir la disponibilidad de drogas
es justificable. Sin embargo, la realidad sugiere que los costos de la
prohibición son muy altos, y los resultados de la
eficacia de la prohibición para
reducir el consumo de drogas es, a lo mejor, decepcionante.
Incluso si admitimos que los costos del consumo de drogas son en realidad
muy altos, no podemos olvidar el papel que la prohibición juega en ello. Es
seguro que la criminalización de las drogas está detrás de la mayor parte de
los problemas sanitarios y sociales relacionados al consumo de drogas, y
también es un factor importante en la perpetuación de la pobreza, la
desigualdad, la corrupción, el mal gobierno y la falta de desarrollo en
muchas naciones.
La criminalización incrementa los efectos negativos del consumo de
drogas
1. La prohibición atraye al tráfico y al consumo de drogas en países en los
que este consumo normalmente no estaría frecuente. Los costos de la
distribución de drogas dentro de los países de tránsito son menores, puesto
que los traficantes ya han construido redes de colaboradores para
transportar las drogas. Aunque los países de tránsito son más pobres, y los
precios de las drogas por ello más bajos, los bajos costos marginales hacen
que estos mercados son altamente lucrativos. El hecho de que los traficantes
de drogas pagan a sus colaboradores locales en drogas, puede explicar parte
del aumento en el consumo en los países de tránsito.
2. La ilegalidad debilita los vehículos de control de calidad comunes en que
se basan los mercados legales. En este contexto, tanto las sobredosis debido
a una calidad incierta como el envenamiento debido a la adulteración son
más probables a ocurrir.
3. La criminalización de las drogas y del consumo de drogas impide a los
esfuerzos de tratar la adicción de drogas y de prevenir la extensión del VIH
entre los consumidores. Desde que el consumo es una actividad ilegal en la
mayor parte de los países en vías de desarrollo, este tiende a tomar lugar en
condiciones lejos de ser ideales, y la transmisión de enfermedades
contagiosas y sobredosis ocurren más a menudo. El acceso a los servicios de
salud y la reducción de daños puede reducir estos problemas, pero los
consumidores no tienden a aprovecharse de estos servicios cuando el
consumo está criminalizado y profundamente estigmatizado.
La criminalización mantiene la corrupción, la pobreza y desigualdad.
1. La guerra contra las drogas incrementa el costo de las drogas,
generando mayor beneficio y por ello haciendo más atractiva la producción y
la venta de drogas - particularmente a los que viven en pobreza. Más
riesgos, más ganancias, y hasta más pobres reclutados para esta actividad ilegal.
2. Para obtener y mantener sus ganancias, los traficantes implementan
estrategias para responder a los "desafíos" de confrontar al estado, que
incluyen la corrupción de importantes funcionarios y policías y la violanecia
contra el estado y otros grupos competidores. La corrupción debilita la
estabilidad democrática y es un obstáculo serio para garantizar la
gobernabilidad y la seguridad nacional de los países.
3. Se estima que unas 4 millones de personas dependen de un ingreso
derivado del cultivo de las plantas ilegales. En muchos países, los esfuerzos
para eliminar el cultivo y la oferta de drogas tienen un alto costo al bienestar
y en vidas humanas. Para los campesinos hay pocos incentivos económicos
para cultivar alternativas a las plantas ilegales. Además, una mayor parte de
las ganancias termina en las manos de los que controlan las fases
posteriores del proceso de distribución (los intermediarios en los países
desarrollados).
4. Dos otros costos bien conocidos de la prohibición son las muertes debido
a la violencia generada por la prohibición y las pérdidas de productividad
debido al encarcelamiento. La mayoría de las personas encarceladas en
Brasil debido a crimenes relacionados con las drogas son hombres jóvenes
negros, pobres y sin educación, quienes fueron detenidos vendiendo
pequeños montos de drogas. Más personas mueren de
la violencia relacionada con las drogas que de enferemedades o sobredosis,
especialemente en los países en vías de desarrollo.
En resumen, a pesar de las investigaciones y los análisis realizados hasta
ahora, los costos sociales e individuales del consumo de drogas y los efectos
de la prohibición sobre el consumo son inseguros. Algunos argumentarán
que es probable que el relajamiento de la prohibición provocaría un
incremento en el consumo de drogas. Sin embargo, existen muchas pruebas
(ver por ejemplo el informe de la CE por Reuter y
Trautmann) que la influencia de políticas represivas sobre los niveles
del consumo de drogas es marginal. Además, la naturaleza del régimen de
la “legalización” con la cual se compara la prohibición no está claro. Pero si
el comercio de drogas pudiera ser regulado y los recursos destinados a otras
políticas, tales como el tratamiento y la educación, con una eficacia probada
en la reducción de adicciones y usos problemáticos, es probable que los
tipos del consumo de drogas que implican los costos más grandes podrían
reducirse.
Las consecuencias negativas sanitarias y sociales relacionadas con la
prohibición deberían ser comparadas correctamente cuando se mide la
"tragedia de la toxicomanía”.
Por: Marisa Felicissimo
P.-S.
ENCOD NECESITA SU APOYO:
Cuenta corriente nº: 0081-0193-81-0001263736
Banco Sabadell
Gran Vía de les Corts Catalanes, 549
08011 Barcelona
IMPORTANTE: Al hacer el ingreso, poner en CONCEPTO: "Apoyo para ENCOD".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario